23 abr 2012

SEX COMIC VINTAGE BY JOAN DE VIL


Valga este artículo deslavazado y estas ilustraciones captadas en la red -cuyo copyright siempre pertenecerá a sus autores-, como homenaje a todos estos magníficos dibujantes  de comics que ya no están entre nosotros.

Estos esforzados artistas que se dejaron los ojos sobre el papel y se mancharon las manos  de tinta para ofrecernos los mejores y más calientes momentos.
Joan de Vil.

El principio.


La primera imagen erótica  que conservo en la memoria es la portada de un libro, su anuncio, la magnífica espalda desnuda de una mujer con los brazos atados por encima de la cabeza y azotada. El libro se titulaba Katrina. Trataba de la historia de la mujer del zar…Desconozco el autor y no encuentro la portada…ni en la red.
Fue la primera imagen que despertó mi imaginación sexual gráfica. Realmente morbosa con cierto toque SM. Toque que fui buscando en otras publicaciones y que evidentemente no era fácil de encontrar en España en los 70.
Mientras tanto había que conformarse con los tebeos de la época y aparte de las bellísimas y castas novias de El Jabato o El Capitán Trueno, El Corsario de Hierro, de Víctor Mora y Ambrós.


El Corsario de Hierro, a mi entender en aquella época adolescente, tenía un planteamiento más perverso en sus argumentos que las aventuras de otros personajes, con un maniqueísmo bien definido tanto en la alambicada perversidad de los personajes malvados, como en la ingenuidad no exenta de inteligencia de los buenos, o en la interrelación entre ellos. Y ahí estaban los sutiles lazos eróticos trazados en torno al Corsario y las mujeres que desfilan por las aventuras:
Lady Roxana, sobrina de Lord Benburry, novia del Corsario.
La Princesa Bianca Di Orsini: Dama veneciana, amiga del Corsario, también enamorada de este.  Diamba la esclava negra liberada por el Corsario que pasa una agónica sucesión de viñetas colgada en cruz de la vela mayor del barco negrero.
Y La fascinante Capitana Dagas, bella y salvaje, una auténtica Venus de las pieles del mar siempre jugando con sus puñalitos,  con sus aptitudes déspotas y su relación dominante y vejatoria para con su lugarteniente Des Brieux -Masoquistamente enamorado de ella-.
La Capitana no puede soportar su pasión oculta por el Corsario… Un hombre al que no puede dominar, al que primero odia, y ante el que finalmente cae rendida y se hace su aliada.
Evidentemente una perversa trama de dominación sumisión.

Continuará...

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