bosquedeluciernagas: En la parada de su cintura: Caminaban y ella pensaba en él, en acortar la distancia.
(...) Y pensó hacia adentro.
Estaciona tus pensamientos en la parada de mi cintura y antes que te metas adentro de tu caparazón, te soplo por detrás de la oreja con aire frío de invierno. Te volteas y te pido permiso. Permiso para empujarte al centro de mi equilibrio, a esto. A todo esto y a lo que hay un poquito más allá, del otro lado de la línea que dibujan todas las sábanas que podríamos arrugar. A que te estrelles conmigo caminando descalzos por la vida como recompensa.
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