17 ago 2012

SEXY FRIENDS

Los amigos no se besan, ¿o sí se besan?
Con apasionados besos de tornillo, caricias intensas, y desgarradores arrebatos de pasión que hacen rodar los cuerpos por la habitación. Un orgasmo feroz y después un te llamo, vale, no sé si podré, pero llámame, hasta mañana. No hay “te quiero”. Mejor no decirlo.
“Amigos con derecho a roce”, “follamigos”, “amigos con beneficios”, “amantes sin compromiso”…
Se podría decir amantes, pero los amantes se supone que están enamorados, y los follamigos no.
Otra forma más de interrelación humana para evitar el desastre y paliar la soledad.
Moderna, aséptica, bien vista.
¿Quién no tiene un follamig@?  Es una suerte, mejor que nada.

Fulanito se separó y lo pasó muy mal.
-¿Qué tal estás?
-Bien, mejor, lo he pasado muy mal, pero ya no quiero relaciones…. Ahora tengo una amiga con derecho a roce…
El miedo al daño, hacerlo, que te lo hagan, que te la den.  Es la principal base, evitando el supuesto compromiso que implican las temibles palabras: pareja,  novios, ligue, relación estable… y utilizando, “solo somos amigos, pero nos acostamos de vez en cuando”, como si eludiendo el supuesto compromiso, pudiéramos  eludir el fracaso.

Estamos aquí pero no estamos “juntos”, podemos irnos cuando queramos, podemos conocer a otras personas… somos libres, pero todas nuestras carencias sexuales y afectivas están cubiertas. ¿Todas?


-¿Sales con alguien?
-No, pero tengo un follamigo…
-Entonces podemos quedar un día para tomar algo, no.
-Si claro, solo somos amigos.

Pero cualquier relación, por muy banal que esta sea tiene un principio de compromiso, un punto de disposición.
Si un amigo -solo amigo-, te llama por teléfono y no sólo no le coges el teléfono, sino que tampoco le devuelves la llamada y pasas de él, ya no eres su amigo. Tal vez necesitara tu ayuda, charlar, o reírse contigo.
La amistad entre dos personas tal vez sea la forma de relación más compleja, y más estrecha, la más comprometida si cabe. Puede durar toda la vida, o solo algunos meses. Implica afinidad y compañerismo, confidencialidad y afecto.

-Me encanta Menganita, pero es mi amiga y si nos acostamos temo perder su amistad.
-Siempre podéis ser follamigos.

¿Cómo se pasa de la amistad al roce? ¿Del compañerismo a la cama?
Un día de repente te das cuenta de que los ojos de tu amiga te vuelven loco y decides besarla y ella te corresponde y tras un apasionado intercambio de labios te dice:
-Los amigos no se besan.
La miras asustado y dices:
-Disculpa, no volverá a suceder.
Y va y te besa ella.
-Vamos a la cama…Mmmm!



Evidentemente los follamigos ya se atraían de antes, se deseaban, pero ante el temor a ensayar una nueva relación desastrosa, se visten de corderos y se acercan el uno al otro para compartir penas, alegrías y confidencias… Pero el lobo del deseo acecha y siempre ataca.

Aunque también sucede al revés, primero follan, luego son amigos, -aunque el caso es más raro e implica una peculiar disposición por ambas partes así como una pérdida de deseo-.
Los lobos se atraen y se devoran, lo pasan bien pero no tienen más en común, pero como no se caen mal, se siguen relacionando, hablando, o incluso saliendo juntos de vez en cuando. Podrían volver a acostarse, tal vez lo hagan pero saben que no funcionará.
Porque tal vez ambas partes buscan enamorarse y emparejarse con la persona adecuada.

¿Los follamigos se enamoran, o no pueden?
Se gustan  se desean, lo pasan bien cuando están juntos, se encariñan, pero no pueden enamorarse. Si te enamoras estás perdido. Entonces quieres más, pides más… Y como pasa casi siempre, nadie ama en igual medida.

En la Edad Media a las amantes  se las llamaba amigas, o dulce amiga, en inglés el término para novio y novia implica la amistad como requisito. Muchas mujeres desean que sus maridos sean también sus amantes y sus amigos. Y debería ser así.
Pero la amistad y el amor son cosas bien distintas. A un amigo le puedes decir cuatro verdades, a tu pareja tal vez no.
En el amor y la amistad hay que aceptar muchas cosas, incondicionalmente. La verdad seca y dura es más dolorosa que la simple aceptación. Si quieres a alguien no le restriegas sus defectos una y otra vez, estás ahí por algo y a veces, te los tienes que comer con patatas, aliñados con sus virtudes.


Los amigos con derecho a roce se están conociendo, no quieren precipitarse, es mejor así, siempre pueden escapar de las trampas del amor, los celos y la posesión.
Pero, ¿hasta qué punto se soporta la posible infidelidad de tu follamigo?  ¿Y si tu follamiga no te quiere ver hoy porque tiene otras cosas mejor que hacer? ¿Si tu follamigo no está siempre disponible, cuando tú quieres y cómo quieres? ¿O no lo estás tú?
Evidentemente un follamigo no es prioritario en tu vida, porque no estás enamorada de él.
Tal vez tu follamigo sea celoso de tus amistades y tus salidas. Posiblemente no quiera ir más allá, acabar en pareja, pero no soporte que tengas otros follamigos.

Esto quizás, solo sea una antesala de la pareja, un experimento para ver si funcionamos bien, y así evitar el desastre de una nueva relación. En la mayoría de los casos los follamigos han sido dañados y condecorados en la guerra del amor. Y arrastran sus heridas allí donde van. El miedo al dolor hace evitar una nueva confrontación, pero no se pueden quedar asilados en los cuarteles de invierno, se impone una razia, sin víctimas y sin batalla.
A menudo una de las partes avanza más que otra, quiere algo más, la otra duda, tiene suficiente, no quiere perder su libertad, pero no soportaría que la otra parte no estuviera disponible. Y al final puede que la parte que avanza se retire por completo.

Esto es una pareja ficticia, decimos amigos con derecho a roce para evitar un compromiso, pero en el fondo ya lo tenemos, porque por el solo hecho de ser amigos ya estamos comprometidos.

Otra posibilidad es tener un follamigo hasta que surja algo mejor, alguien que nos arrebate, nos quite el sentido, nos enamore y nos olvidemos de todos los peligros y caigamos de nuevo en la trampa del amor. Fall in love again.


Mientras tengamos una amiga con beneficios nos entregaremos a medias y podremos salir huyendo a la primera de cambio. Sin temor a causar dolor. Porque los follamigos –en teoría-
no se enamoran, no sufren, no exigen posesión ni compromiso, no implican afecto.
-No puedes sentirte celosa, cariño, no estamos juntos, solo somos amigos.
Es una forma de estar y cubrir necesidades, no está sacramentada, ni tipificada legalmente, aunque todo es posible y pronto existirá la forma legal “follamigos de hecho”.

Penúltima pregunta. ¿Cómo se hace? ¿Se propone? ¿O surge? ¿Lo plantean ambas partes a la vez?
Encuentras a una chica monísima, le das un beso y le dices: quiero ser tu follamigo.
Hay múltiples respuestas:
·       -¿Tu de que vas tío?
·       -¿Qué?
·       -Acabo de salir de una relación muy mala…
·       -He venido a divertirme.
·       -Solo me he enamorado una vez y no creo que pueda enamorarme nunca.
-Los follamigos no se enamoran… -Dices tú.
-Ya, por ahí se empieza.

Última pregunta: ¿Esta es una nueva forma de liberalidad sexual?


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