Sally Mann |
Vení que nos vamos (...)
Vamos a montarnos en un elefante blanco y vamos a buscar noches más largas y ventanas más grandes. Un vestido azul marino y sandalias con tacón. Vamos a robarle a este domingo de primavera y otoño todas las flores de los jardines en los que nunca vamos a entrar, y también los jabones de los baños que alguien se dedicó a decorar.
Vamos a tomarnos un copa de vino frío y si el tiempo nos da más, tal vez otras dos a orillas del lugar donde cae el arco iris cuando para de llover, cuando hayamos viajado a Trelew, cuando le hayamos dado azúcar y miel al ego puñetero que nos pone el alma gris.
Cuando hayamos caminado por San Fernando y Santiago, por Lima, por Madrid y por Paris.
Vamos a cortar las cuerdas del teléfono, de las guitarras y de las arpas, a los violines y todas las liras que mastican el silencio inmenso que hay detrás de los pensamientos pequeños que no logran salir. Vamos a prenderle fuego a esa barrera que nos sienta con la cabeza hundida pensando que todo lo que tengo es todo lo que hay.
Vamos a saltar alto y fuerte sobre el colchón que guarda los recuerdos que nos ponen a dormir. Alto y fuerte hasta desabrochar las costuras, todas las costuras y reventar el colchón, desatar los recuerdos del desamor para pedirle al día, a todo el día de hoy algo más.
Vamos a hacernos grandes en el espejo, vamos a atarnos las trenzas con los hilos de las cortinas y vamos a desprendernos de los complejos que nos tienen puertas adentro.
Y vamos a ser malas, le dijo Luciana a su hermana.
Vamos a ser malas y nos vamos a portar mal porque las mujeres de verdad, las mujeres de verdad Florencia no van al cielo; así que deja de hacer todo lo que venís haciendo y vamos a montarnos en un elefante blanco.
Yo adelante que soy la más grande y vos atrás que sos la menor, y vamos a buscar noches más largas a otro lugar y ventanas más grandes a orillas del sur lejos del miedo y las cosas deshilachadas que no dejan entrar la luz.
Vamos.
Vamos a mojarnos los pies y todo lo que hay encima, con los ojos abiertos y la boca también.
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